- 250 gramos de espinacas frescas
- 2 cucharadas soperas de nueces , piñones o de almendras en trozos
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharadas de vinagre balsámico (si no tienes, también funcionan el blanco o el de vino)
- Medio limón
- Sal
- Pimienta
Primero hay que cortar y lavar las espinacas. Para estar doblemente segura de que quedaron bien limpias, yo las dejo en un bol con agua y un chorro de vinagre, por al menos un par de minutos.
Mientras remojas tus espinacas, puedes aprovechar para tostar tus nueces. Este paso es opcional, pero recomendable, sobre todo si decidiste utilizar piñones. Para tostar utiliza una plancha o sartén con fuego intermedio, y dejar dorar tus nueces por un máximo de 5 minutos, o hasta que observes que el color se intensificó y que comenzaron a desprender el olor. Asegúrate de que el fuego no se pase, porque unas nueces ennegrecidas pueden dañar el sabor final de tu ensalada. Luego de tostarlas, quita los frutos de la superficie caliente y déjalos en un recipiente aparte.
Escurre las espinacas con un colador para luego disponerlas en un bol.
Deja caer encima de las espinacas unas gotas del jugo del medio limón. Si ese día no tienes limón no pasa nada, pero yo siempre sigo este paso porque le da un toque más refrescante a la receta.
Prepara el aliño en una taza, mezclando el aceite, el vinagre, sal y pimienta al gusto (yo recomiendo una pizca de cada una, a menos que seas amante de la comida especiada).
Una vez bien mezclado el aliño, cuando tenga una consistencia homogénea, vierte sobre las espinacas.
Termina dejando caer las nueces sobre la mezcla.
Remueve todos los ingredientes para que el aderezo y los frutos lleguen a todas las hojas de espinaca, y sirve.
Recetas de ensalada de espinacas frescas
Aquí van las combinaciones de ingredientes para no preparar siempre la receta tradicional, pero siempre partiendo de la ensalada básica que acabamos de hacer.
Ensalada de espinacas y queso
Mi favorita, con queso de cabra. Mantiene el espíritu ligero y fresco de la receta.
Pica 100 gramos de queso de cabra en cubos pequeños, y añádelos a la ensalada básica. Mientras más duro esté el queso, mejor se verá la ensalada. Si no consigues queso de cabra, puedes utilizar queso blanco de vaca, pero el resultado no es tan ganador.
Si todavía quieres aumentar el toque fresco de esta combinación, añade también un puñado de tomates cherry, bien lavados.
Ensalada de espinacas y fresas
Casi seguramente, la mejor combinación para el verano. Las fresas le dan un toque gourmet a la ensalada, y ese siempre es un tip útil en caso de que estés cocinando para tratar de impresionar a alguien.
Añade a la ensalada básica 200 gramos de fresas bien escogidas, lavadas y desinfectadas. Si se tratan de fresas lo suficientemente grandes y dispones de tiempo, puedes cortarlas en rebanadas, pero evita que sean muy delgadas, para que conserven su forma.
Ensalada de espinacas y manzana
El que pensó en esta idea por primera vez fue seguramente un genio. La combinación con manzanas es un coctel de vitaminas y la mejor forma de hacer que los niños coman espinacas.
Las mejores manzanas para esta preparación son las verdes dulces. Con 200 gramos, lava bien las frutas y córtalas en rebanadas delgadas, cuidando retirar siempre las semillas, los tallos y otras partes duras del centro. Deja siempre la piel de la manzana.
Para esta combinación, puedes cambiar el aderezo por una mezcla de tres cucharadas de miel y una de mostaza.
Ensalada de espinacas y pollo
Una ensalada de espinacas siempre es nutritiva, pero una ensalada de espinacas con pollo es realmente balanceada y completa.
Cocina dos pechugas de pollo hervidas en agua con sal y las hierbas de tu preferencia, y luego despega la carne de los huesos con dos tenedores, de manera que queden tiras largas y delgadas. Mezcla las tiras de pollo con la preparación básica y convierte tu ensalada en un plato fuerte.
Ensalada de garbanzos y espinacas
Dejo a tu elección si prefieres garbanzos de lata o cocidos desde cero.
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